martes, 30 de agosto de 2011

TROZOS DE CONCHAS ROTAS Y PIEDRAS CON AGUJERO

(De mis nubes)
 
«Algunas veces, ni los fumareles pueden decidir a dónde desean volar.»
 
 
(mi amada, feliz y hermosa, dejaba hoy estos parajes del sur)

miércoles, 24 de agosto de 2011

MISERIAS CORDOBESAS


(El recodo)

Imagino la perplejidad producida en el ánimo de muchos al saber que una antigua ministra de cultura ha mostrado su rechazo más extremo a presentarse a las elecciones como cabeza de lista por Córdoba, si en dicha lista aparece también una actual y efímera ministra de medio ambiente que, también y sin vergüenza alguna, desea que la propongan para tal puesto.
La primera hace años que abandonó el tarro de la miel y la segunda, tras su deserción política a cambio de diversos cargos públicos consecutivos y sucesivamente importantes, poco tiempo parece que pueda permanecer arrimada a tal negocio.
Sin embargo, lo que no me sorprende es el aspecto carroñoso desprendido de la versión del partido de ambas perlas, que se ha apresurado a desmentir que aquí se hubieran adjudicado ya los puestos de salida en las listas electorales y señala que la opinión de la ex-ministra resulta precipitada.
¿Alguien puede creerse a estas alturas que en las cavernas de los partidos no estén ya, día a día, repartiéndose los despojos del negocio electoral a espaldas de los ciudadanos?
No acierto a comprender qué es más vergonzoso, si la greña politiquera de ambas señoras o el cinismo de la versión del partido.

jueves, 11 de agosto de 2011

DESAGREGAR (17-XII-2010)

(MNAC)

«Entonces me llamó mientras yo estaba en el hospital.
―¿Qué puedo hacer por ti? ―me dijo― ¿Puedo ir a verte, llamarte, mandarte unas flores?
―Lo mejor que puedes hacer es dejarme en paz ―le dije, añadiendo luego con certeza―: Lo nuestro ha terminado. 
―No me hagas esto ―dijo él suplicante y entonces fue ella la que saltó al no aguantar más―: ¿Que no te haga qué? Soy yo la que está recién operada. ¿Cómo te atreves a decirme eso?
Apoyada en la barra de aquella improvisada cafetería en la inmensidad del vestíbulo del edificio de la Ciudad de la Justicia, mordió generosamente su croissant y siguió hablando, con la boca bien llena, como si tal cosa:
―Me ha desagregado del Facebook. Ha desagregado a mi madre. Ha desagregado a mis amigos. Y, encima, pretende decirme que lo nuestro no ha terminado.»


Aunque, tras observar alguno de los esbozos saharianos de Charles de Foucauld, deberíamos empezar a preguntarnos:
¿Hasta dónde pueden llegar nuestras majaderías?   

viernes, 5 de agosto de 2011

EL CIELO

(Lokitaung - Turkana)

«Tanta preocupación diaria, hipócritamente esgrimida mediante una queja artera y constante; tanto recuerdo bastardo dirigido a destruir una infancia de amor, para corromperla inútilmente con la impostura; tanta referencia manipulada a un pasado artificial, para no asumir nunca la responsabilidad del presente; tanta cantinela recurrente sobre nuestros dolores y falsos traumas del ayer, escupida como chantaje afectivo a quien nos ama; tanta ausencia de humildad…
…y resulta que, en la soberbia, habíamos olvidado la inmensidad y soledad del cielo en la noche de África, desde el corazón de un niño, en el mismo lugar en que nació el hombre.»